lunes, 15 de octubre de 2007

Mis 5 minutos de gloria

El fenómeno blog, tan extendido en tan poco tiempo, y ahora multiplicado y ramificado en distintos servicios (fotolog es uno de los ejemplos que más fuerza ha adquirido) es un caramelo muy goloso para muchos, muchísimos internautas. Y es que el vedettismo que ha alcanzado nuestra sociedad en los últimos tiempos, el fenómeno 'Gran Hermano', la telerealidad y todo lo que se parece a exhibir nuestra vida a los ojos de todos, se ha convertido en una tentación para cualquiera, y en una afición de lo más común.

Es curioso como, en un relativo corto espacio de tiempo, hemos pasado de ser celosos de nuestra intimidad a compartirla sin pudor ninguno. El mundo globalizado, dicen, está derribando barreras e Internet es el mazo con el que golpear. Ya no hace falta una cámara, un costoso presupuesto y una franja en la parrilla televisiva para disfrutar de nuestros 5 minutos de gloria. Ya no hace falta acudir a arduos castings para que todo el barrio se estremezca con admiración mientras bajas a pasear al perro. Aquí están youtube, fotolog o tuenti, entre otros, para dar testimonio gráfico de variopintas aventuras, ya sean fechorías sin nombre, ya heroicidades sin parangón.

No sólo de imágenes vive la gloria, y en esa onda vive el mundo del blog, prehistórico medio si lo comparamos con los anteriores, no sólo en edad, sino en espectacularidad visual. Nadie te reconocerá por la calle entre palabras, pero a los bloggers de hoy nos parece que cualquier chorrada que escribamos es digna de alabanza, y que el mundo tiene la obligación de escucharnos, porque nuestro verbo es poderoso y tenemos importantes pensamientos que revelar al mundo digital.

Y en esas estamos. A sabiendas del escaso interés de lo que yo pueda decir, en un lugar infinitamente pequeño, por muy amplio que pueda llegar a ser el auditorio y que muy poca gente conocerá, por muy lejanos que sean los horizontes, compartiré con vosotros, para el que las quiera, un par de horas de escritura de mis aficiones, de mis pensamientos, de mis pequeños descubrimientos y poco más.

Nada de fotos, que nunca he considerado que saliese favorecido. A costa de mis 5 minutos de gloria en el barrio, claro.

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