Estaba ayer viendo la divertida serie protagonizada por Willy Toledo, Santi Millán y Pilar Castro, entre otros, cuando me asaltó una duda acerca de una cuestión que por manida que sea, no deja de sorprenderme.
Para aquellos que no hayan visto nunca esta serie de nuevo cuño, emitida por cuatroº , tiene a tres parejas como eje central de la trama, respondiendo a diferentes y estridentes tópicos en este tipo de comedias, bien resueltas por un elenco de actores forjados en el arte de hacer reir.
El caso es que las diferentes situaciones propuestas eran, una y otra vez, la del hombre una y otra vez retratado o bien por su simpleza y torpeza o bien por las argucias de mujeres, evidentemente mucho más inteligentes, moderadas y carismáticas que los peleles de sus compañeros de cama.
No digo que no sean situaciones hilarantes, y no digo que en lo exagerado de la actuación sea difícil encontrar la identificación en nuestras cotidianas vidas (para aquellos que la compartan en pareja, y para los que no, que de todo hay en la viña del señor), porque no sería cierto. La serie cumple y con creces con lo prometido. Ahora bien... ¿qué ocurriría si los papeles fueran invertidos? Si fueran los hombres los inteligentes, los manipuladores, los moderados y los carismáticos y las mujeres fuesen las mujeres florero, objeto o cualquier otro papel tantas veces condenado, ¿se calificaría a la serie de brillante comedia o de peligroso mensaje sexista? ¿cuántas (divertídismas las de AXE) campañas publicitarias hemos visto retiradas? ¿cuántas veces hemos visto poner el grito en el cielo a las temidas asosicaciones feministas por utilizar a la mujer como reclamo publicitario?
Da la casualidad que, ayer, también emitían la serie 'El Síndrome de Ulises', cuya valoración evitaré porque no he visto mucho de ella, y porque seguramente no sería muy favorable. Cuál fue mi sorpresa cuando, en esos momentos de zapping entre corte y corte, me encuentro en absolutos cueros al ídolo de quinceañeras (y añeras sin más) Miguel Ángel Muñoz. Desnudo gratuito, no os vayáis a creer que los guionistas le dan muchas vueltas a estas cosas. ¿Qué mayor reclamo publicitario que uno de los jóvenes en boga como Dios le trajo al mundo?
...
Me pregunto que asociación de hombres será la que denuncie ambos casos. Seguramente ninguna lo hará, por lo que empezaré a pensar que, más que un problema de sexismo, es, simple y llanamente, una cuestión de sexo.
Para aquellos que no hayan visto nunca esta serie de nuevo cuño, emitida por cuatroº , tiene a tres parejas como eje central de la trama, respondiendo a diferentes y estridentes tópicos en este tipo de comedias, bien resueltas por un elenco de actores forjados en el arte de hacer reir.
El caso es que las diferentes situaciones propuestas eran, una y otra vez, la del hombre una y otra vez retratado o bien por su simpleza y torpeza o bien por las argucias de mujeres, evidentemente mucho más inteligentes, moderadas y carismáticas que los peleles de sus compañeros de cama.
No digo que no sean situaciones hilarantes, y no digo que en lo exagerado de la actuación sea difícil encontrar la identificación en nuestras cotidianas vidas (para aquellos que la compartan en pareja, y para los que no, que de todo hay en la viña del señor), porque no sería cierto. La serie cumple y con creces con lo prometido. Ahora bien... ¿qué ocurriría si los papeles fueran invertidos? Si fueran los hombres los inteligentes, los manipuladores, los moderados y los carismáticos y las mujeres fuesen las mujeres florero, objeto o cualquier otro papel tantas veces condenado, ¿se calificaría a la serie de brillante comedia o de peligroso mensaje sexista? ¿cuántas (divertídismas las de AXE) campañas publicitarias hemos visto retiradas? ¿cuántas veces hemos visto poner el grito en el cielo a las temidas asosicaciones feministas por utilizar a la mujer como reclamo publicitario?
Da la casualidad que, ayer, también emitían la serie 'El Síndrome de Ulises', cuya valoración evitaré porque no he visto mucho de ella, y porque seguramente no sería muy favorable. Cuál fue mi sorpresa cuando, en esos momentos de zapping entre corte y corte, me encuentro en absolutos cueros al ídolo de quinceañeras (y añeras sin más) Miguel Ángel Muñoz. Desnudo gratuito, no os vayáis a creer que los guionistas le dan muchas vueltas a estas cosas. ¿Qué mayor reclamo publicitario que uno de los jóvenes en boga como Dios le trajo al mundo?
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Me pregunto que asociación de hombres será la que denuncie ambos casos. Seguramente ninguna lo hará, por lo que empezaré a pensar que, más que un problema de sexismo, es, simple y llanamente, una cuestión de sexo.
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