miércoles, 12 de diciembre de 2007

En un acuario

Hay situaciones que por definición son agradables. Por ejemplo, cuando nos encontramos con un viejo amigo o antiguo compañero. Si hace tiempo no sabe nuestra vida y peripecias, nos lanzará una pregunta típica, inocente y carente de cualquier maldad: '¿Qué tal te va?'. Y yo entonces, previsible como tantos, resuelvo la cuestión con la respuesta más habitual que uno se puede imaginar: 'Bien, como siempre'.

El caso es que uno se empieza a preocupar cuando ese 'como siempre' no se trata en realidad de una frase hecha, sino que es el día tras día de tu vida. Hace relativamente poco escuché a alguien hablar de su vida como la de un pez en un acuario. Cada día rodeado de las mismas rocas, de la misma agua, de las mismas algas, dando una vuelta tras otra, haciendo el mismo recorrido hasta el fin de sus días. Viendo lo mismo a través del cristal, con la ilusión un día de llegar hasta allí nadando, pero con la terrible sensación de que nunca podrá llegar allí.

Imagino entonces, que un día habrá que romper el cristal.

No hay comentarios:

Twitter Updates

    Sígueme en Twitter