jueves, 30 de julio de 2009

Peripecias de un sedentario en la West Highland Way (II)


Habíamos dejado el pequeño relato a la entrada del WHW. Pues bien, entusiasmados, tirando fotos por doquier, nos dejamos llevar por la mística del camino. Craso error. Tras unos 2 kilómetros advertimos la mayor falla del plan: habíamos olvidado comprar el repelente de midges, una especie local de mosquito, pequeño e imperceptible pero increíblemente voraz. Y no sería porque no estábamos avisados. Baste echar un ojo a cualquier blog, guía o bitácora para leer que es absolutamente necesario un repelente local para evitar que estos pequeños chupadores de sangre hagan de nosotros un coladero.
Suele haber una regla de oro para un caminante que va a encarar varios días de caminata. Evitar deshacer camino. Y nosotros la cumplimos a rajatabla. Con un par de buenas razones y mucho de pura inconsciencia, apechugamos con el olvido y decidimos que unos pocos mosquitos no iban a acobardarnos. Al fin y al cabo, ese sólo iba a ser uno de los muchos pequeños inconvenientes.

Otro de los pequeños inconvenientes

A pesar de nuestro olvido el primer día de caminata no dejó excesivas cosas interesantes. Muchos ánimos y felicitaciones de los lugareños por elegir tan extraña forma de pasar unas vacaciones - tras un par de días me acordé mucho de ellos -, unas 5 horas de paisajes que al principio creíamos espectaculares - no sabíamos lo que esperaba por venir -, y la llegada a Drymen. Allí, tras comprobar el cochambroso aspecto del camping donde teníamos pensado pasar la noche, nos inclinamos por desviarnos un poco para parar en en el pueblo, atraídos por la idea de tomar una pinta en el Pub más antiguo de Escocia, The Clachan Inn, y decidir entre tragos qué íbamos a hacer para pasar la noche. Tuvimos suerte y pudimos comprar un repelente para midges. Para midges, y para cualquier ser vivo. ¡Qué asco de olor!

¡Unas pintas siempre levantan el ánimo!

Estar tan cansados hizo que nos tomásemos más tiempo del recomendado -aunque gracias a ello, al salir, nos encontramos con un grupo de gaiteros que estaban tocando el tema principal de la BSO de Braveheart - y nos pusimos en camino poco antes de que la noche se nos echase encima. Habíamos decidido buscar un sitio para acampar.


¡Auténtico!

Volviendo sobre nuestros pasos... sí, recuerdo lo que dije antes... lo que pasa es que cuando hay una cerveza por medio... En fin, seguimos. El caso es que tuvimos que retomar el sendero buscando un lugar para acampar, tal y como habíamos decidido en la taberna. La decisión no era mala, en principio. Lo nefasto fue la elección del lugar. Empujados por el cansancio, nos metimos en un pequeño recodo que hacía el camino, pero que a cambio estaba lleno de mosquitos y donde no corría apenas aire. Tras el montaje, la colocación, y demás... no tuvimos más remedio que deshacer todo, con la noche prácticamente encima y seguir hacia delante buscando un sitio mejor.

¡Qué arte!

Finalmente lo encontramos. En medio de un bosque de pinos, en un claro, pudimos desplegar la tienda y buscar descanso... hasta el día siguiente.

viernes, 24 de julio de 2009

Peripecias de un sedentario en la West Highland Way (I)

Como ya os había contado, fui sutilmente engañado, presionado y amenazado con el vilipendio público para acometer lo que, hasta hoy, ha sido la mayor aventura de mi vida en lo que a terminos literales se refiere. Y digo en la literalidad porque cada día en la Universidad con algún personajillo que otro es una aventura ;)

El caso es que salíamos hacia la aventura un Miércoles a las 20.00, con la inquietante perspectiva de tener que pasar la noche en el aeropuerto de London Luton para luego enlazar, a primera hora, con un vuelo que nos dejaría en Glasgow. Lo que hacen los presupuestos limitados, señor.

¡Qué mejor que un trago para ayudar a dormir!

A pesar de un servicio de megafonía que funcionaba a horas intempestivas y a pesar de las luces del aeropuerto, conseguimos, merced a la ayudilla externa que nos permitimos en el vuelo anterior, echar una cabezada.

Tras tan placentero descanso, fuimos victimas de la puntualidad británica. Esperando que nuestra puerta de embarque fuese anunciada por las numerosos monitores de información, hubo un apagón general en todas las pantallas de la terminal. El resultado, previsible. Caos absoluto y dos horas de retraso. Macanudo. Resulta que estos giris no necesitan una nevada para paralizar un aeropuerto.

Al fin, tras el imprevisto, llegamos a Milngavie, un barrio perteneciente a los extrarradios de Glasgow, donde un pequeño obelisco marca el inicio oficial de la West Highland Way.

Que pronto desaparecerían esas sonrisas

Y entonces, iniciamos el sendero. 8 días de caminata por delante con el objetivo de enfrentarnos a algunos de los más bellos paisajes que puede ofrecernos el norte de Europa. Veremos si merecieron la pena. ¡Hasta mañana!

miércoles, 8 de julio de 2009

Summer of '09

Parafraseando la canción del verano por antonomasia - lo siento por los fans de Georgie Dann - , no me queda más remedio que actualizar mi triste blog antes de marchar esta misma tarde, hacia la aventura.

No me reprochéis mucho, que desde los exámenes no he parado. Más cerca del final, he decidido darme un homenaje antes del último arreón:

- Al poco de terminar éstos, hemos estado entrenando con las chicas para preparar los Juegos Escolares Nacionales (el Campeonato de España Escolar oficioso, si se quiere), que se celebraban en Torremolionos, donde acabamos subcampeones - o subcampeonas, el uso genérico del castellano es cada vez más confuso -

- El mismo día siguiente a mi llegada marché con la chica de mis sueños en un viaje de relajación a los Montes de Toledo, cerca del Parque Nacional de Cabañeros, alojándonos en el idílico Refugio de Cristal - 100% recomendado, por cierto -. Un poquito de turismo rural que nos encantó.

- Y ahora, sólo un par de días después... vuelvo a marchar. Ahora, tras ser vilmente engañado, salimos hacia las Highlands Escocesas a completar la West Highland Way, una ruta de moderada dificultad y unos 150 km. para disfrutar de la belleza de los parajes norteños. Entre los planes de inicio se encuentra pasar un par de noches en Glasgow y Edimburgo tras el viaje ... pero no prometo nada.

Bueno, miento. Sí lo prometo. Algunas fotillos a la vuelta de este... Summer of 09.

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